Ainara Caicero
Me encontraba en mi casa. Tenía hambre, así que fui al refrigerador. Para mi sorpresa, encontré dentro algo horrible: ¡once cabezas sin ojos!
¡Desperté sudada y asustada! ¡Todo había sido un sueño! Aun así, corrí al refrigerador para verificar.
Imaginen mi tranquilidad al darme cuenta de que todo estaba bien. Ahí se encontraban las doce cabezas y cada una conservaba ambos ojos.

Deja una respuesta