Gibrán López Aguilera
Todos los niños hablaban en el salón de primero. El maestro subió pa’que callaran pero la flaca llegó primero. Un trato ofreció la Calaca: O todos se callaban, o los llevaría la flaca, pero todos se burlaban. La flaca les dijo: en serio, no se rían de la Muerte, ya que, de lo contrario, un niño quedaría inerte. Sin embargo, en el comedor, Diego comía una enchilada y al empezar con su furor se lo cargó la... Muerte, por su puesto.

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